Bureau
Amianto
Control

Según la Orden Ministerial, aprobada el 7 de diciembre de 2001, que establecía un plazo de seis meses para su entrada en vigor, introducía una prórroga de seis meses más para la comercialización de los productos ya fabricados. En diciembre de 2001 España se adelantaba al plazo máximo previsto por la UE y prohibía la comercialización y la utilización de crisotilo (amianto blanco), el único tipo que todavía seguía siendo utilizado en España. En esta Ley se indica que aquellos productos que contengan amianto, podrán seguir utilizándose hasta el fin de su vida útil, estimada de 25 a 30 años desde su instalación, en muchos casos por desgaste mecánico, ambiental o bien por deterioro de su vida útil se puede acortar significativamente.

Las variedades más perjudiciales para la salud -el amianto azul y el amianto marrón- fueron prohibidas en España en 1984 y 1993, respectivamente.
El 15 de junio de 2002 entra en vigor la prohibición de fabricar productos que contengan amianto. Hasta el 15 de diciembre de 2002 se podían comercializar e instalar productos con amianto fabricados antes del 15 de junio de 2002.

El 15 de diciembre de 2002 se prohíbe producir, comercializar e instalar amianto y productos que lo contengan.

El término amianto proviene del griego “asbestos” y significa indestructible. Debido a que durante más de 100 años se ha utilizado el amianto como componente de los materiales de construcción, son muchas las edificaciones e instalaciones en las que se encuentran presentes materiales que contienen amianto, podemos encontrarlo en cubiertas, bajantes, tuberías o depósitos de aguas. Está compuesto por fibras microscópicas que pueden permanecer en suspensión en el aire y penetrar en el organismo causando graves daños para la salud.

El amianto puede provocar graves enfermedades del aparato respiratorio como asbestosis, cáncer de pulmón o laringe y los mesoteliomas, pero sus efectos no se notan hasta 20 o 30 años tras el inicio de la exposición. La OMS advierte que cada año morirán alrededor de 107.000 trabajadores en el mundo debido a la exposición laboral del amianto.

Uno de los problemas a la hora de enfrentarnos al amianto es que puede resultar bastante complicado identificar qué materiales contienen amianto y cuáles no. La única forma de asegurar que un determinado material contiene amianto es mediante un análisis en un laboratorio especializado. En BUREAU AMIANTO CONTROL estamos especializados en encontrar este amianto y proponer soluciones para eliminar el riesgo asociado.

Amianto no-friable: En el amianto no-friable las fibras están mezcladas con otros materiales, habitualmente cemento o cola. La aplicación más conocida son las placas onduladas de fibrocemento (Uralita). También existen otras aplicaciones muy extendidas como canalones, depósitos y conducciones de agua, elementos decorativos (maceteros) y baldosas de vinilo. Cuando el amianto no-friable está en buen estado existe menos riesgo para la salud.

Amianto friable: En el amianto friable las fibras suelen desprenderse con facilidad, porque no están unidas a otro material. Por lo tanto, el amianto friable siempre debe ser retirado o cubierto. Algunas aplicaciones más utilizadas son amianto proyectado, cordones (trenzados), juntas, paneles aislantes y prendas ignífugas.

Amianto o asbesto es un término utilizado para denominar una serie de metasilicatos de hierro, aluminio y magnesio que presentan formas fibrosas. Existe una amplia gama de variedades, las más empleadas en aplicaciones de construcción son el crisotilo o amianto blanco, la amosita o amianto marrón y la crocidolita o amianto azul.

Todas las variedades de amianto se caracterizan por su incombustibilidad, un buen aislamiento térmico y su resistencia a altas temperaturas, al paso de la electricidad, a la abrasión y a los microorganismos. Estas propiedades, juntamente con su tradicional bajo coste, han hecho del amianto un elemento muy útil para la industria de la construcción.